La arquitectura de la información del siglo XX al XXI

Artículo original en español que resume la historia reciente de la Arquitectura de Información, comenzando en la decada de 1970.
Jesús Bustamante
Diciembre 18, 2002

La arquitectura de la información del siglo XX al XXI

Cuando Richard Saul Wurman acuñó el término "arquitectura de la información" en 1976, lo hizo para describir lo que el percibía entonces como una profesión emergente. Esta profesión se ocuparía de aclarar lo complejo y de organizar "el tsunami de datos que rompe en las playas del mundo civilizado"[1]. Una profesión del futuro.

Hoy parece que los años dorados de la arquitectura de la información son cosa del pasado. Quien así piensa, argumenta que lo poco o mucho que se había conseguido, lo borró del mapa la explosión de la burbuja del .com del año 2000 (un auténtico tsunami también, por cierto). Visto y no visto, señores! Toda una vida en tiempo de Internet, pero un pis-pas en tiempo real.

Sea cosa del pasado o del porvenir, la historia (o anécdota) de la "arquitectura de la información" ilustra muy bien desde mi punto de vista la constante lucha del profesional de la información por alcanzar reconocimiento profesional. Así, para quien no haya visto muy bien la jugada, querría rebobinar un poco la cinta y pasarla un poquito más despacio.

Los acontecimientos que se refieren a continuación son la historia según me fué a mí en ella...

La gorra del capitán (desde 1995 a finales del 2000)

Mr. Wurman se sorprendió de que la arquitectura de la información no prendiera immediatamente (cual reguero de polvora). Veinte años más tarde, se sorprende de nuevo cuando salen arquitectos de la información por debajo de las piedras. La aparición del web en 1994 y su implantación fulgurante, da cuenta sin más de la diferencia entre un momento y otro.

Aquellos especialistas de la información que en la primera mitad de los noventa caimos en el torbellino del web, vimos también en este medio una buena oportunidad profesional. Nos llamamos entonces "webmasters" (huevomaestros) o cualquier cosa impronunciable que nos quisieran llamar con tal de poder seguir jugando con nuestros web sites.

El título de "arquitecto de la información" nos vino al pelo. Como si un capitán se hubiera dejado la gorra y las medallas olvidadas encima de la mesa, nos plantamos el uniforme y nos unimos al desfile sin darle explicaciones a nadie. La gozosa pomposidad del término "arquitectura" se la debemos al hecho de que Mr. Wurman es arquitecto por formación académica. Y muy agradecidos que le estamos, porque sin el vestido largo, quizá no nos hubieran invitado al baile.

Estos son los años dorados de la arquitectura de la información. En esta disciplina se reunen profesionales de una gran variedad de pelajes académicos y profesionales, desde la biblioteconomía hasta el diseño industrial, pasando por HCI (Human Computer Interaction). Las empresas de Internet nos buscan y los arquitectos de la información nos dejamos querer. El término se usa hasta tal punto, que comienza a hacerse frecuente la abreviatura "IA" (information architecture), como si se tratase de un carnet de club exclusivo, o como si todo el mundo estuviese al corriente...

Hitos de esta época incluyen:

Estos años dorados culminan con la primera conferencia de arquitectos de la información y para arquitectos de la información ("Information Architecture 2000"), que tuvo lugar en San Diego (California) en Octubre del año 2000. Allí nos reunimos, charlamos, nos dimos palmaditas en la espalda y comimos canapés. Aunque ya venían pelando barbas, ninguno parecía tener el menor interés en poner la suya a remojar.

El canario en la mina (el año 2001)

En el año 2001 explotó la burbuja especulativa de Internet y caen las empresas de tecnología en la bolsa. Entre finales de Marzo y mediados de Abril el NASDAQ perdió un tercio de su valor. La inversión desaparece por completo. Argus Associates Inc., que no hacía un año que había apostado por crecer, no pudo mantenerse en un mercado que se contrajo tan rápidamente y cerró sus puertas en Marzo del 2001. Peter Morville, describe el rápido final de Argus en una entrevista[3] como el del canario en la mina de carbón (su muerte avisaba de los enormes problemas que se avecinaban). Desde este punto de vista, la arquitectura de la información caía primero por ser punta de lanza.

Yo, algo menos poético, creo que todo se vino abajo al mismo tiempo (y sin preferencia ni discriminación de disciplinas). Entonces la arquitectura de la información se dió de cara con un problema con el que el profesional de la información se ha encontrado siempre: la dificultad de explicar a otros exactamente y con claridad lo que hacemos y porque somos importantes para una organización.

En plan guasa: cuando entraron los jefazos al despacho con las tijeras del recorte de personal y nos vieron a la cabeza del desfile envueltos en la bandera de la IA, vestidos de capitán, con todas las estrellas puestas, lo primero que nos preguntaron es que qué clase de arquitectos éramos exactamente. A muchos les temblaron los labios y como resultado, nos volaron la gorra de un revés.

Durante el 2001 y el 2002 los arquitectos de la información se dispersaron. Algunos volvieron a ocupar puestos de trabajo que habían abandonado con anterioridad. Muchos fueron pasando (por virtud de adquisiciones etc.) a las consultorías supervivientes. Una buena parte, como es mi caso, decidió que era el momento de establecerse por cuenta propia y seguir trabajando en el web. Muchos al parecer han dedicado su tiempo a escribir todo lo que saben y más. Una búsqueda reciente en www.amazon.com muestra 254 libros sobre "information architecture" publicados después de 1999, entre ellos la segunda edición del libro de Peter Morville y Lou Rosenfeld (el del oso polar).

La arquitectura de la información hoy

¿Quiere esto decir que le ha llegado el fin a la arquitectura de la información? Yo no lo creo así. El número de nuevos libros dedicados al tema que utilizan el termino "arquitectura de la información" parece indicar que el término ha cuajado y sigue en pie.

Quizá los profesionales que se dieron en llamar arquitectos de la información estén ahora un poco desorientados. Eso explica las múltiples iniciativas dirigidas a mantener viva la comunidad de profesionales.

Blogs como "Community Infrastructure for Information Architects" (http://www.info-arch.org/), el blog de Lou Rosenfeld (http://louisrosenfeld.com/home/bloug_archive/) o el de IASLASH.org (http://www.iaslash.org/) nos proporcionan un foro de desahogo. Asociaciones como el Asilomar Institute for Information Architecture – AifIA (http://www.aifia.org/), o web sites como el de Jesse James Garrett (http://www.jjg.net/) también contribuyen en este sentido.

La American Society for Information Science and Technology (ASIS&T) organizará la próxima cumbre de arquitectura de la información (IA Summit 2003: Information Architecture "Making Connections") en Marzo del 2003.

El título "arquitecto de la información" también ha sobrevivido y permanece en el vocabulario de recursos humanos de las empresas americanas. Quizá es ahora un título más, que compite con otros como "especialista en información", "profesional de la información", "experto en usabilidad", "documentalista" y otros. Una búsqueda en www.monster.com identifica 19 anuncios de puesto de trabajo para arquitectos de la información en los Estados Unidos en los últimos 60 días.

De alguna manera el arquitecto de la información ha vuelto a casa como el hijo pródigo. Aquí nos encontramos con nuestra vieja amiga: la constante necesidad de demostrar quienes somos y que hacemos. La lucha constante por reconocimiento profesional.

El Futuro

¿Y el futuro?... Supongo que cualquier opinión vale. ¡Ya nos gustaría a todos poder ver el futuro!

Yo creo que nos queda cuerda para rato. Quizá porque esta lucha constante por demostrar quienes somos, muestra en mi opinión tanto una debilidad como nuestra mayor fuerza. Aunque es cierto que ha desaparecido la demanda loca que hubo, también es cierto que persiste intacta la gran necesidad por nuestros servicios. Por un lado, es cierto que somos unos incomprendidos (y gran parte de quienes son ajenos a este campo, ni saben de su existencia), por otro lado sin embargo tenemos la ventaja de que nadie nos marca y podemos movernos con cierta libertad (como arquitectos, aparejadores o albañiles de la información).

Quizá un día el capitán se vuelva a dejar la gorra olvidada en la mesa, y quizá la banda de música pase por la calle en ese momento tocando un pasodoble...


Notas:

[1] "Information Architects", Richard Saul Wurman, Graphis (1997)
[2] "Information Architecture for the World Wide Web", Peter Morville y Lou Rosenfeld, O'Reilly & Associates; 1st edition (March 1998)
[3] Louis Rosenfeld & Peter Morville Interview, since1968.com: http://www.since1968.com/interviews.cfm?id=7

jarango — Abril 17, 2004 12:47 PM